Es un tema recurrente en las juntas de vecinos de comunidades grandes, con necesidad de vigilancia y en las que ha habido algún problema previo de seguridad. Robos, atracos, presencia de personas sospechosas por la zona, etc. Contratar a un guarda de seguridad es una decisión que puede aportar más tranquilidad, calidad de vida y una sensación de inmunidad mayor frente a las amenazas del exterior, lo cual motivaría su contratación. Claro que este ‘extra’ en los gastos de comunidad se verá reflejado en la cuota mensual, por lo que hay valorar al detalles cuáles serían las funciones y responsabilidades de este agente de seguridad.
Porque no es lo mismo contratar los servicios de un profesional de seguridad para una finca de vecinos que para un establecimiento comercial. Las características de un vigilante varían según sea la ubicación en que desempeñe sus funciones, y esto será importante a la hora de decantarse por el candidato perfecto para el puesto, decisión que correrá a cargo del presidente de la comunidad de modo conjunto con la empresa de administración de fincas correspondiente.
Qué tener en cuenta a la hora de elegir a un vigilante para una comunidad de vecinos
Una de las primeras cuestiones a decidir será la del horario que tendrá el vigilante (o vigilantes). Obviamente, si queremos que la finca esté atendida las 24 horas del día, necesitaremos tres turnos, por tanto tres trabajadores. Es una opción, como también la de decidir si queremos seguridad los siete días de la semana o solo durante el fin de semana, que es cuando mayores incidencias y problemas suelen surgir, según las estadísticas.
Por tanto, definir el horario será clave, para luego determinar las funciones del mismo. Porque la vigilancia presencial puede ser un buen aliado para dar el mejor uso a otros sistema de vigilancia alternativos, como las cámaras de seguridad, y llevar el control de las mismas, así como para alertar de alguna circunstancia sospechosa que requiera el visionado posterior de esas imágenes.
Además, el vigilante tendrá responsabilidad en el control de acceso de los propietarios e inquilinos a la finca, pudiendo avisar al presidente o, en caso extremo a la policía, de presencia de personas non gratas en la comunidad.
De igual modo, el vigilante de seguridad, con su mera presencia, ya es un elemento preventivo que frena las posibles amenazas. Los amigos de lo ajeno y delincuentes en general siempre se decantarán antes por una finca sin vigilancia, ya sea presencial o mediante cámaras, que por aquella que haya cubierto debidamente este flanco.
¿Dónde realiza su trabajo el vigilante de seguridad?
Normalmente, su puesto principal se ubicaría en la garita de entrada, donde tendrá acceso a las cámaras de seguridad, a los sistemas de apertura y cierre de las puertas de acceso. A menudo se pueden confundir las labores del vigilante con las labores del portero, pero es bueno delimitar las funciones y distinguir entre los distintos perfiles.
Para empezar, el vigilante va armado y tiene potestad para actuar en caso de que se genere una situación de peligro o violencia manifiesta. Asimismo, está en permanente conexión con la central a la que pertenece la empresa contratada y puede resolver situación de conflicto con la mayor eficacia posible.
Dicho esto, puede tener su lugar en dicha garita, lo que no está reñido con que realice también labores de vigilancia móvil, para inspeccionar la zona ante eventuales peligros, irregularidades y posibles amenazas. Sin duda, un factor a tener en cuenta para aumentar el bienestar en la comunidad que, junto a la instalación de las pertinentes cámaras de seguridad, blindará a la finca ante posibles peligros, lo que se traduce en una sensación cotidiana de tranquilidad que no tiene precio.