Hace unos días, nos llevábamos las manos a la cabeza al ver las imágenes de un coche ardiendo en Florida por culpa del cargador de un Note7 recién estrenado. No estamos hablando de un hecho aislado, pues ya hay registrados al menos 35 casos de Note7 que han ardido en su proceso de carga, lo que se estima puede provocar unas pérdidas de entre 1.000 y 1.500 millones de dólares para la compañía.
El pasado mes de mayo, la Comisión Europea alertó a todos los usuarios sobre el peligro del cargador Xiaomi CH-P002 por la posibilidad de sufrir una descarga eléctrica por un inadecuado aislamiento entre el circuito primario y el secundario y una clavija sin collar de aislamiento.
Hace poco más de un año, un cargador de móvil provocó un incendio que calcinó una vivienda en Cartagena y en 2013 otro cargador de móvil originó un incendio en una vivienda de Vigo.
Según el informe elaborado por la Fundación Mapre sobre los siniestros de incendio causados por instalaciones eléctricas en viviendas, el 24,4% de los incendios en domicilios se producen por estas causas. Este mismo informe, también alerta sobre el incremento de fuegos a causa de los cargadores de móvil, por el mayor uso de estos dispositivos y la reducción de costes en su fabricación.
Un dispositivo tan necesario para la vida moderna como son los cargadores de portátiles, móviles o tabletas se han convertido en un potencial riesgo para nuestra vivienda, tanto por la acumulación de calor como por la posibilidad de un cortocircuito.
No debemos ser alarmistas y ver los cargadores y transformadores como una amenaza, pero además de seguir los consejos y recomendaciones de seguridad de los fabricantes, podemos tener en cuenta una serie de pautas para reducir las posibilidades de siniestro en nuestra vivienda.
¿Qué podemos hacer para reducir los riesgos con nuestro cargador?
⇒ Evitar comprar cargadores falsos o “marcas blancas”
Los riesgos de sufrir un incendio por culpa de un cargador falso o “no oficial” son mucho mayores que si utilizamos accesorios originales. Los costes de fabricación son mucho menores por lo que la calidad de los materiales no ofrece ninguna garantía de seguridad, la protección de los componentes es mucho menor y en la mayoría de los casos no han pasado los controles de calidad que exige la legislación ni cumplen con las normativas europeas.
⇒ Una vez alcanzado el máximo nivel de carga retirar el terminal
Una vez que el terminal ha alcanzado el 100% del nivel de carga, si permanece enchufado, la temperatura de la batería y el cargador aumenta, por lo que aumenta el riesgo de incendio.
⇒ Desconectar el cargador de la red cuando no se esté utilizando
Aunque no haya ningún dispositivo conectado al cargador, éste sigue liberando energía por lo que puede calentarse lo suficiente para generar una situación de peligro. El agua o la humedad cerca del cargador, pueden causar un cortocircuito, de esta manera libera una cantidad excesiva de corriente que recalienta los circuitos y puede llegar a provocar un incendio.
⇒ Mantener lejos del alcance de los niños
En 2015, un niño de 3 años murió en Argentina por descarga eléctrica al llevarse a la boca un cargador de teléfono móvil conectado a la corriente. Con un mínimo de precauciones se podría haber evitado…
⇒ Alejar el terminal de la cama o de productos inflamables durante su carga
Es muy habitual dejar el teléfono móvil cargando encima del sillón o de la cama, esta mala costumbre ya ha sido causa de varios incendios como el de la vivienda de Vigo, que comenzó cuando se prendió el colchón mientras se cargaba el teléfono móvil.