Hay numerosas medidas de seguridad que podemos instalar en un edificio. Gracias a ellas, ganamos en tranquilidad al prevenir una amplia variedad de delitos. Sin embargo, en algunas ocasiones, surgen dudas a la hora de usar esta o aquella solución, sobre todo cuando se quieren colocar cámaras en ascensores.
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¿Qué tener en cuenta antes de la instalación?
Una de las preocupaciones que suelen surgir antes de la instalación es si es legal o no. Al fin y al cabo, los ascensores son espacios que propician cierta privacidad. Debido a esto, algunas personas se sienten libres para dañar la cabina o para cometer algún acto impúdico. Además, en los peores casos, serán objetivo de vandalismo o acabarán repletos de suciedad por un mal mantenimiento.
Se debe analizar si la instalación de las nuevas cámaras responde a un fin legítimo y proporcional. Es decir, deben tener en cuenta si han surgido nuevas situaciones que justifiquen y legitimen la instalación de dichas cámaras.
La necesidad de aprobación en Junta de Propietarios de la nueva instalación de cámaras de videovigilancia dependerá de, fundamentalmente, bajo qué parámetros fueron aprobadas. Es decir, si en el Acta de la Junta figura aprobada “instalación de cámaras de videovigilancia” (en general) entonces sí podrá ampliarse la instalación de cámaras, pero, si, por el contrario, se aprobó el establecimiento de estas para puntos concretos de la finca, entonces la nueva instalación (si excede de los puntos acordados) sí requerirá de una nueva aprobación en Junta con el quórum necesario establecido por la Ley de Propiedad Horizontal.
Razones para instalar una cámara de seguridad en ascensores
Existen varias razones para instalar cámaras en los ascensores, entre las que destacan:
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Reducir el vandalismo en comunidad de vecinos. Los lugares poco vigilados o ignorados son el objetivo predilecto para los actos vandálicos. Puede que se traten de pequeños daños o de pintadas, pero, sin importar su naturaleza, deben evitarse para no transmitir una mala imagen y no generar una sensación de impunidad.
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Aumento de la seguridad. En general, las cámaras contribuyen a que las personas se sientan a salvo. Saben que, en caso de que les ocurra algo, alguien les ayudará o que hay un elemento de disuasión de la delincuencia. Al final, se logra un hogar seguro.
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Resolución de conflictos. Si se producen disputas o altercados dentro del ascensor, las grabaciones pueden servir como evidencia para aclarar los hechos.
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Asistencia en emergencia. En situaciones en las que una o varias personas queden atrapadas, las cámaras permiten identificar el problema y coordinar una respuesta adecuada.
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Control de acceso. Las cámaras pueden ayudar a comprobar quiénes utilizan el ascensor para detectar personas no autorizadas o comportamientos sospechosos.
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Opciones de cámaras más seguras
La opción ideal tanto para una comunidad de vecinos como para una empresa son las cámaras tipo domo o burbuja. Están diseñadas para su instalación en interiores y ocupan muy poco espacio. Gracias a estas características, se cumplen dos objetivos: se garantiza la supervisión de la cabina y no se invade en exceso la intimidad de los usuarios. Es decir, no se sentirán incómodos al ser conscientes de que se les graba.
Igualmente, es importante que el dispositivo proporcione imágenes nítidas. No hay que olvidar que el espacio es reducido y la iluminación puede no ser la idónea. Así que, para no perder detalle, conviene emplear una cámara adaptada al entorno.
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Como hemos visto, una cámara en un ascensor es una de las medidas de seguridad más efectivas. Ayuda a prevenir desde actos vandálicos hasta robos y es completamente legal. En Prevent, nos encargamos de llevar a cabo una instalación adaptada a las circunstancias del edificio. ¡No dudes en pedirnos información AQUÍ!