Son muchas las mascotas que hay actualmente en España, se considera que solo en Madrid hay 42.000 gatos y 270.000 perros censados, lo que asegura que en casi todas las comunidades de vecinos haya una o más mascotas entre sus habitantes, es más, según datos del Colegio de Administradores de Madrid, uno de cada tres hogares tiene animales domésticos.
Para poder convivir los vecinos con las mascotas que les rodean, desde este colegio de administrados nos recuerdan que debemos de fomentar una vida en armonía, y se ha lanzado una campaña que nos recuerda las obligaciones y prohibiciones de los propietarios que tengan mascotas en su vivienda, así como sus derechos.
Son más de 200.000 comunidades de vecinos de Madrid las que están recibiendo esta información, y que viene reflejada en la ley de Protección de Animales Domésticos de la Comunidad de Madrid (Ley 4/2016) que nos recuerda que no podemos tener más de cinco animales en una vivienda y en ningún caso en un espacio cerrado y pequeño, con sanciones que pueden llegar a los 15.000 euros.
Los animales de compañía como el resto de habitantes pueden transitar por las zonas comunes para entrar o salir del edificio, lo único que tienen vetado son las salas comunitarias, las de mantenimiento y aquellas que decida la comunidad que no pueden ser usadas por nuestras mascotas.
Nuestras mascotas están reguladas por la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica del Ayuntamiento de Madrid, y deberemos evitar que molesten al resto de vecinos con sus ladridos o aullidos.
No podemos dejar comida en los espacios comunes de nuestra comunidad, una práctica que intenta luchar contra la proliferación de colonias felinas, y siempre deberos dar aviso a nuestro presidente si vemos que acuden a nuestros bloques o al ayuntamiento.
Está prohibido tener animales en terrazas o patios durante la noche. Nuestras mascotas han de dormir en el interior de la vivienda.
De la misma manera que en la vía pública los propietarios han de recoger las heces de las mascotas, se debe evitar la suciedad impidiendo que los animales depositen sus deyecciones en aceras, paseos, jardines y en general en espacios públicos o privados de uso común.
Nuestras mascotas pueden subir por el ascensor o por las escaleras, pero si el ascensor está ocupado han de respetar la decisión del vecino para acompañarle o no. Si el perro está realizando una labor social como perro guía, podrá entrar en cualquier momento si el espacio lo permite.
