En los artículos de este blog hemos hablado mucho de la importancia de mejorar la convivencia con nuestros vecinos, y sobre cómo el acercamiento entre vecinos para crear una red de apoyo no solo hace nuestra vida en el edificio más sencilla y agradable, sino que también mejora la seguridad.
En esta línea, el cuidado de un huerto de manera conjunta puede traernos una serie de beneficios:
Beneficios de instalar un huerto urbano en mi comunidad de vecinos:
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Colocar un huerto en la azotea, los jardines u otras zonas comunes de nuestra comunidad de vecinos puede ser una forma de aprovechar un espacio común de nuestra comunidad de vecinos que se encontraba en desuso.
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Compartir un huerto urbano con nuestros vecinos contribuye a mejorar las relaciones intervecinales, generando vínculos intergeneracionales diferentes y más estrechos de los que se suelen generar en el día a día.
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Cultivar el huerto comunitario puede ser un pasatiempo que disfrutemos y reduzca nuestro estrés, además, disfrutar de las verduras, frutas y hortalizas que hemos plantado, cultivado y recolectado nos proporcionará satisfacción personal.
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Participar en este proyecto con nuestros vecinos promueve el compañerismo y la solidaridad vecinal, al implicarnos juntos en este proyecto, compartiremos horas de trabajo, materiales para el mantenimiento del huerto, y las frutas, verduras y especias que cultivemos en él.
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Si en la comunidad de vecinos viven niños, el huerto vecinal además de proporcionarles una experiencia divertida, favorecerá que tengan una alimentación sana y variada, ya que, al haber estado involucrados en su cultivo, será más fácil que prueben frutas y verduras.
Pasos para instalar y cultivar un huerto en la azotea:
Para poder instalar un huerto en la azotea o cubierta de un edificio comunitario, o cualquiera de sus zonas comunes será necesario:
1. Acuerdo por mayoría de las tres quintas partes de la Comunidad de Propietarios:
Según el artículo 17.4 de la Ley de Propiedad Horizontal “ningún propietario podrá exigir nuevas instalaciones, servicios o mejoras no requeridos para la adecuada conservación, habitabilidad, seguridad y accesibilidad del inmueble, según su naturaleza y características”.
Sin embargo, la Ley de propiedad Horizontal sí contempla la posibilidad de que se alcance un acuerdo por mayoría de las tres quintas partes para hacer este tipo de mejoras de carácter no necesario.
Las obras necesarias para este tipo de mejoras o los gastos derivados de la prestación de este tipo de servicios se dividirán entre los propietarios que estuvieron de acuerdo en la votación, excluyéndose de su pago a los disidentes.
2. Informe técnico certificado por parte del colegio de Arquitectos o el Colegio de Aparejadores:
Si la comunidad llega a un acuerdo, y se decide colocar el huerto en la azotea, será necesario un informe técnico de cargas, que analice el peso por metro cuadrado que puede soportar la cubierta, garantizando que cuando construyamos el huerto este no comprometa la seguridad del edificio.
También debemos estar seguros de la estanqueidad de la cubierta, para garantizar que la colocación del huerto no produzca humedades por filtración.
3. Situación del huerto, diseño de los espacios de cultivo y elección de las plantas:
Para que nuestro huerto prospere hay algunos aspectos debemos tener en cuenta, como procurar que reciba suficientes horas de luz natural, para lo que lo mejor es una orientación sur, y evitar que quede expuesto a fuertes ráfagas de viento que podrán dañar tanto la tierra como las hortalizas y plantas ya cultivadas.
También debemos escoger dónde vamos a cultivar, lo más sencillo es usar macetas o maceteros, que deben ser de bastante tamaño y contar con al menos 7 centímetros de profundidad. Si son de barro ayudarán a conservar la temperatura de la tierra.
Otra opción son las mesas de cultivo, la ventaja de éstas es que no será necesario agacharse para cultivar.
Otro factor importante es el sistema de riego. Depende de las plantas que elijamos plantar en nuestro huerto, pero la mayor parte de verduras y hortalizas requieren ser regadas a diario, si queremos no tener que preocuparnos de regarlas y a la vez ahorrar agua,una opción muy eficiente es instalar un sistema de riego por goteo.
Por último, sólo quedará elegir qué plantas vamos a cultivar en nuestro huerto en la azotea, debemos tener una planificación precisa de qué queremos plantar y cuándo es la temporada de sembrar y de cosechar las hortalizas escogidas.
Algunas de las plantas más agradecidas para un huerto urbano son: la cebolla, el ajo, la lechuga, el tomate, la zanahoria, el rábano, la berenjena, el pimiento, el pepino, las espinacas, las habas, lentejas y legumbres, las fresas o las plantas aromáticas.
5. Normas de régimen interno sobre el huerto urbano:
Si prosperan o no las frutas, verduras y hortalizas plantadas en el huerto de nuestra azotea dependerá en gran medida de la implicación de los vecinos, es conveniente acordar unas normas e incluirlas en el reglamento de régimen interno de la comunidad que estipulen cómo se distribuirán los gastos, los turnos de trabajo, así como aquello que se coseche finalmente del huerto.