Casa de dos puertas, mala es de guardar, dice el refrán. Aplicado a la seguridad en tu vivienda, el dicho popular se referiría a la importancia de poner las cosas difíciles a los ladrones, y de contar con todos los medios a tu alcance para evitar problemas. De ahí que la anticipación sea un factor clave para evitar que te roben en casa.
De ahí que instalar sistemas de seguridad como cámaras de vigilancia en las inmediaciones de tu vivienda, ya sea una vivienda unifamiliar o un piso dentro de una comunidad (sujeto a votación por parte del resto de vecinos de la finca) sea una de las mejores ideas a la hora de evitar sustos. La palabra concreta aquí es disuasión, es decir, lograr que alguien cambie de idea y que no lleve a cabo la acción que pensaba realizar.
Y aquí las cámaras de seguridad tienen mucho que decir. Para empezar, por el carácter de prueba que la grabación de unas de esas cámaras de vigilancia tiene en el supuesto caso de un juicio por robo o allanamiento de morada. Las imágenes se pueden usar en contra de los acusados y ser suficientes para que el juez dictamine una sentencia por lo penal. De ahí que los ladrones se lo piensen dos veces antes de invadir una propiedad ajena en la que haya videovigilancia.
Además, hay cámaras que están conectadas con alarmas que pueden activarse si se confirma la presencia de personas no deseadas en una finca o propiedad concreta, por lo que también en este punto realizan su labor antirrobo.
La eficacia de las alarmas
Además de las cámaras, contar con alarmas en tu vivienda particular es otra decisión acertada para ahorrarte robos y sustos innecesarios. Porque además de lamentar las pérdidas materiales que todo robo implica, la sensación de que un intruso ha entrado en tu casa, en tu intimidad, que ha removido entre tus cosas y se ha colado donde no debía es de lo más desagradable.
Por no hablar de situaciones de mayor violencia que nadie desea que pueden darse cuando un extraño accede a una vivienda. Mejor poner coto cuanto antes y con todos los medios que sean posibles, sin tener por ello que hipotecarse ni mucho menos. Los sistemas de prevención de robos son más económicos de lo que pueda pensarse y, lo más importante, se disfrutan cada día. Porque, además de ahuyentar a los ladrones y mantener a buen recaudo nuestras posesiones, los sistemas de seguridad domésticos (y para empresas) te regalan algo que no tiene precio: poder dormir tranquilo.
Vigilantes de seguridad: ¿son necesarios?
Si uno quiere curarse en salud y garantizar una seguridad total tanto para la empresa de la que es propietario como de la finca de vecinos en la que vive, contratar vigilantes de seguridad es un refuerzo recomendable.
Sobre todo ahora que la tecnología también está llegando a un mundo tan ‘analógico’ como la seguridad presencial y se empieza a hablar de “seguridad híbrida”. ¿Y qué significa este binomio? Básicamente, un encuentro entre los métodos tradicionales y las nuevas tecnologías que ayuden a prevenir de la manera más eficaz posible cualquier amenaza a la seguridad, mediante el cotejo de datos a alto nivel y uso estratégico y sistemas de inteligencia avanzado que incluso se adelanten a eventuales peligros.
Aquí, las funciones del vigilante de seguridad se amplían, para requerir un perfil más formado, proactivo y en constante aprendizaje para convertirse en un aliado contra el robo, el crimen y la delincuencia.