“El verano 2019 será más caluroso de lo normal”… este titular ya se ha convertido en una constante año tras año (ya llevamos 412 meses consecutivos que la temperatura media del planeta es más cálida de lo normal). Según AEMET, la previsión para este verano es que las temperaturas superen 0,5 grados la media de referencia y en más de 1 grado en algunas zonas concretas. Un estudio del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich asegura que el clima de Madrid en 2050 será similar al que tiene ahora la ciudad de Marrakech. En definitiva… ¡hace y va a hacer mucho calor!
De la misma manera que en invierno preparamos nuestra vivienda para protegernos del frío (burletes en bajos de puertas, ventanas de doble acristalamiento y rotura de puente térmico, sellados de espacios vulnerables con espuma expansiva etc.), debemos hacer lo mismo para protegernos del calor, por nuestra salud y también por nuestro bolsillo…
La instalación de equipos de aire acondicionado ya no es exclusiva sólo de hogares de alto poder adquisitivo, los precios asequibles de los equipos y la reducción del consumo eléctrico ha provocado que su demanda se dispare en los últimos años, pero todavía no está al alcance de todos los bolsillos y sigue siendo un lujo para la mayoría de las familias españolas. Por esto, os planteamos alternativas al aire acondicionado para mantener fresca nuestra vivienda durante los meses de veranos:
Ventiladores de techo
Los ventiladores siempre han sido la alternativa barata al aire acondicionado ¿quién no recuerda los ventiladores en los salpicaderos de los taxis cuando los coches no tenían aire acondicionado? Para las viviendas, existen ventiladores sin aspa con diseños muy atractivos que ofrecen muy buenos resultados y los ventiladores-lámpara de techo también han evolucionado mucho. Existen diseños de lámparas muy modernos con aspas retráctiles y prácticamente imperceptibles cuando están en funcionamiento que ofrecen flujos de aire muy potentes, son muy diferentes al ventilador al que se agarraban los Gremlins en los años 80…
Bajar las persianas
Bajar las persianas y los toldos, un clásico de hoy, de ayer y de siempre que nunca falla. De esta manera podemos frenar el aire caliente en las horas de más calor. Ahora bien, conviene ventilar la vivienda y crear corrientes de aire durante la noche y en la madrugada (cuando las temperaturas con más suaves), de esta manera podremos reducir la temperatura del interior de la vivienda.
Apostar por iluminación LED
Los focos halógenos y las bombillas incandescentes producen una gran cantidad de calor, si las sustituimos por bombillas con tecnología LED, además de ahorrar en la factura de la luz, reduciremos en un 50% el calor que produce la iluminación.
Apagar todo lo que no usamos
PC, televisión, lavadora, lavavajillas… todos los electrodomésticos y elementos electrónicos producen una gran cantidad de calor. ¿Quién no ha dejado alguna vez la televisión encendida mientras hacía otra actividad? ¡craso error! Si no estamos utilizando el dispositivo, lo más sensato es apagarlo, reduciendo así una fuente de calor. Si tenemos que cocinar, planchar, poner lavadora o lavavajillas, es recomendable, en la medida de lo posible, hacerlo durante las horas del día de menor calor.
Vestir de verano la vivienda
De la misma manera que nosotros cambiamos los calcetines y las pantuflas por las chanclas durante el verano, también debemos adaptar nuestra vivienda al calor. Cambiar las sábanas de franela por otras de algodón, quitar alfombras, elegir colores claros para las cortinas, voltear el colchón (siempre que disponga de cara de invierno y cara de verano) etc.
Protección vegetal frente al calor
Si disponemos de jardín, terraza o simplemente de un pequeño balcón, podemos colocar plantas que regadas al anochecer refrescarán la vivienda. También podemos plantar enredaderas en la fachada que harán la función de aislante natural frente al calor.