Como ya comentamos hace unos meses en el artículo sobre las calderas de carbón en las comunidades de vecinos, el futuro de éstas es muy “negro”, más negro que nunca… Las más de 500 calderas de carbón que todavía funcionan en Madrid son una de las principales fuentes de contaminación y su extinción es cuestión de tiempo…
Bien por concienciación o bien porque pronto se ponga en vigor una ordenanza que nos obligue a su sustitución, debemos pensar en alternativas más eficientes.
Estas son algunas de las alternativas a las calderas de carbón:
⇒ Gas Natural
Las calderas de condensación y gas natural, son la alternativa más conocida y extendida de todas tanto a nivel de calefacción central como de calefacción individual. Una de sus principales ventajas es que no necesitan ningún silo ni espacio para el almacenamiento de combustible, ya que el suministro llega a través de tuberías. No haría falta cambiar el sistema de tuberías de calefacción de la finca ni los radiadores -siempre y cuando se encuentren en buen estado- y se pueden alcanzar unas temperaturas mayores que con el carbón.
Las actuales calderas de condensación aportan una alta eficiencia energética además de un mayor confort térmico.
⇒ Calderas de Biomasa
Todavía muchos usuarios piensan que las calderas de biomasa son exclusivas para chalets o viviendas unifamiliares (se confunden con las estufas de pellets…), pero también existen calderas de biomasa para calefacción central en las comunidades de vecinos y son una excelente alternativa a las calderas de carbón.
El combustible que utilizan es la biomasa (astilla, pellets, huesos de aceituna, cáscaras de almendras…) y se considera una energía renovable. Con la combustión sí que se produce CO2 pero se compensa con el que absorben y liberan las plantas para su desarrollo, por lo que si considera un balance neutro de emisiones o como diría José Mota: “las gallinas que entran por las gallinas que salen”.
El precio de la biomasa no depende de mercados internacionales, por lo que se suele mantener muy estable, en cambio, su poder calorífico es menor al de los combustibles fósiles por lo que necesitaremos una gran cantidad de biomasa y un gran espacio para su almacenamiento.
⇒ Instalaciones de calefacción de geotermia y aerotermia
En las promociones de obra nueva empieza a ser frecuente encontrar este tipo de sistemas de calefacción, en cambio, si se trata de sustituir un viejo sistema de calefacción central es más complicado y por lo general no resulta rentable. A diferencia de las instalaciones de biomasa y gas natural, en el caso de la geotermia y aerotermia, es necesario cambiar todos los radiadores por otros tres más grandes.
A pesar de la dificultad técnica y económica de sustituir la vieja caldera de carbón por un sistema de aerotermia o geotermia, merece la pena explicar su funcionamiento por tratarse de energías renovables sumamente atractivos:
Sistemas de aerotermia: este sistema permite a través de una bomba de calor la obtención de energía del aire y se puede utilizar para calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. Además de tratarse de energía renovable (aire y gua) y de obtener una máxima eficiencia energética, es un sistema muy silencioso, limpio (ya que no existen combustión) y de fácil mantenimiento.
Sistemas de geotermia: es similar a la geotermia, pero este caso se utilizan las bombas de calor para obtener la energía de la tierra. Se aprovecha el calor del subsuelo, donde la temperatura es casi uniforme todo el año, bien a través de un pozo en vertical o de un extenso terreno horizontal. De todos los sistemas es el que requiere una mayor inversión inicial, pero a largo plazo, es que el aporta un mayor ahorro.