Un plan de seguridad para comunidades agiliza la toma de decisiones. Gracias a él, sabemos los pasos que hay que seguir para alcanzar el nivel de protección que deseamos. Eso sí, a la hora de trazar uno, es indispensable que sea lo más completo posible para conseguir resultados de calidad.
Un plan de seguridad para comunidades efectivo
No existe una sola respuesta a la cuestión de cómo proteger tu comunidad. Cada comunidad es única y está sujeta a una serie de cuestiones particulares. Ante esta realidad, conviene que, como presidentes o administradores de fincas, desarrollemos un plan acorde a las necesidades que se detecten. Para tener una guía clara, debemos tener presentes los siguientes pasos.
1. Evaluación inicial
Se debe empezar por una evaluación exhaustiva del estado de la seguridad de la comunidad. Para llevarla a cabo hay que recorrer el perímetro y comprobar los puntos críticos en busca de posibles vulnerabilidades. Las zonas comunes, como entradas o el aparcamiento, son sitios a los que prestar especial atención porque son debilidades potenciales.
2. Establecimiento de prioridades
Una vez que se ha realizado la evaluación inicial, tendremos una serie de necesidades y vulnerabilidades, pero no todas tienen misma importancia. Hay que determinar cuáles son prioritarias para abordarlas primero, ya que, de no hacerlo, los problemas que crearán serán de mayor gravedad.
3. Instalación de sistemas de videovigilancia
Los sistemas de videovigilancia son una de las medidas más efectivas para mejorar la seguridad de una comunidad. Sin embargo, para que su potencial no se vea mermado, debemos seleccionar cámaras de alta calidad para que capturen imágenes nítidas. También tienen que instalarse en puntos estratégicos, aquellos que permiten cubrir las vulnerabilidades detectadas en el primer paso.
Hay muchas opciones entre las que elegir, como las cámaras visibles o las discretas. Ante cualquier duda, conviene consultar con expertos para garantizar una seguridad efectiva.
4. Colocación de alarmas y sensores de movimiento
Otro aspecto relevante es la implementación de alarmas en comunidades y sensores de movimiento. Su utilidad está fuera de toda duda, porque permiten detectar actividades sospechosas y activar una respuesta inmediata.
Las alarmas se instalarán en puntos de acceso, como las ventanas o las entradas principales, para incrementar la protección. En cuanto a los sensores de movimiento, son una excelente alternativa para cuidar áreas exteriores, donde los intrusos pueden pasar desapercibidos.
5. Control de accesos para proteger la entrada
En la actualidad, las llaves pueden sustituirse por controles de acceso muy sofisticados. Este es el caso de tarjetas de radiofrecuencia o los códigos de seguridad. Gracias a ellos, se garantiza que solo los residentes, visitantes registrados y personal autorizado tienen permiso para llegar al interior de la comunidad.
6. Formación para los vecinos
Una vez que se han implementado todas las mejoras, conviene que los vecinos entiendan cómo usarlas de manera efectiva. De nada servirá este checklist de seguridad vecinal si los residentes son una vulnerabilidad en sí misma. Es decir, al no entender los nuevos sistemas, es posible que dejen, sin querer, huecos por los que los asaltantes puedan entrar. Junto con este, ofrecer unos consejos de seguridad vecinal será útil.
7. Mantenimiento continuo de las instalaciones
Aunque la instalación sea moderna y muy sofisticada, de nada servirá si no la mantenemos. Se tienen que programar revisiones periódicas de los sistemas para comprobar que funcionan de manera adecuada. Igualmente, se actualizará el software para evitar posibles errores que dejen inutilizado un sensor, por poner un ejemplo.
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Un plan de seguridad para comunidades efectivo
Con este plan de seguridad para comunidades, disponemos de una herramienta clave para proteger a los residentes de forma efectiva.
Recuerda que en Prevent nos encargamos de asesorar a los presidentes y administradores de fincas con el fin de ayudarles a encontrar la mejor solución a sus problemas, con el número de homologación en la Dirección General de Policía 3182.